Juan de Espina, el Cuarto Bajo de Verano y la imagen blindada en la España de Felipe III

Este texto nace de dos líneas de trabajo desarrolladas recientemente en La Mala Educación. Por un lado, el curso Arte y Ciencia en la España del siglo XVII, en particular las clases dedicadas a Juan de Espina y al Cuarto Bajo de Verano del Alcázar de Madrid. Por otro, la serie De El Greco a Velázquez, donde analizo la consolidación de la llamada imagen blindada durante el reinado de Felipe III.

Ambos recorridos —que podrían parecer independientes— convergen en una misma pregunta: ¿qué tipo de relación con la imagen, el saber y el mundo se construye en la España cortesana del primer Seiscientos? La respuesta que propongo no pasa por la censura, el atraso ni el repliegue espiritual. Pasa por un concepto más preciso y más productivo: inmunidad. Juan de Espina, el Cuarto Bajo de Verano y la imagen blindada no son rarezas ni anomalías. Son manifestaciones coherentes de un mismo sistema inmunológico visual, una tecnología política destinada a regular el contacto con el exceso de imágenes, objetos y saberes que caracterizan a la temprana modernidad.

Inmunidad: una lógica visual, no una metáfora

Hablar de inmunidad no implica hablar de miedo ni de clausura. Un sistema inmunológico no elimina el mundo: administra el contacto con él. Decide qué entra, en qué condiciones y con qué intensidad. Esta lógica resulta clave para comprender la cultura visual española de comienzos del siglo XVII. A diferencia de otros contextos europeos, la imagen en la España de Felipe III no busca persuadir ni seducir. Tampoco busca producir identificación afectiva. Su función principal es estabilizar. La imagen actúa como membrana: filtra, contiene, neutraliza. No se orienta a la interpretación simbólica, sino al uso controlado. Dicho de otro modo: la imagen no explica el mundo; lo encapsula.

Juan de Espina: coleccionar para inmunizarse

Juan de Espina ha sido descrito como excéntrico, avaro o misántropo. Estas lecturas fallan porque psicologizan lo que en realidad es una operación estructural. Espina no es un personaje pintoresco: es un dispositivo extremo.  Su colección —autómatas, artificios mecánicos, instrumentos científicos, dispositivos ópticos, reliquias, objetos imposibles de clasificar— no responde al modelo humanista del gabinete de curiosidades. No hay pedagogía, ni orden moral, ni voluntad de transmisión. Espina acumula sin traducir.

Este gesto es fundamental. Traducir es volver comunicable, integrar el objeto a una economía compartida del saber. Espina hace exactamente lo contrario: retiene, opaca, desacopla. El objeto existe, pero no circula. El conocimiento está presente, pero no se socializa. Su casa no es un museo temprano ni un espacio de exhibición. Es un búnker epistemológico. El coleccionismo se convierte en una forma de autoprotección cognitiva. Espina no niega el mundo; se protege de su exceso. El saber no se destruye: se inmuniza.

El Cuarto Bajo de Verano: arquitectura inmunológica

Si Espina inmuniza el cuerpo, el Cuarto Bajo de Verano inmuniza el espacio. Este recinto del Alcázar de Madrid no responde a la lógica de la sala ceremonial ni a la del espacio representativo. No está pensado para el desfile ni para la teatralización del poder. Su carácter es acumulativo, cerrado y táctico. En él conviven copias escultóricas traídas de Italia —entre ellas la del Hermafrodita Borghese, gestionada por Diego Velázquez—, pinturas científicas, objetos sin jerarquía iconográfica clara e imágenes que no remiten a un afuera narrativo, sino a otras imágenes.

No hay centro perspectivo unificador. No hay relato lineal. No hay programa moral explícito. El espacio funciona como una cámara de contención visual, donde el mundo entra fragmentado, domesticado, neutralizado. La copia cumple aquí una función clave. No es subordinación ni carencia de originalidad: es inmunización. Copiar implica reducir el riesgo del original, volverlo manipulable sin exponerse a su potencia simbólica. El Cuarto Bajo de Verano no muestra el mundo; lo gestiona.

La imagen blindada bajo Felipe III

La llamada imagen blindada, desarrollada bajo Felipe III, debe entenderse dentro de esta misma lógica. La sobriedad visual del período no es signo de pobreza ni de decadencia, sino de control inmunológico. La imagen se vuelve sellada, estable, resistente al exceso afectivo. Pintores como Pantoja de la Cruz, Sánchez Cotán o Van der Hamen producen superficies visuales donde el sentido no desborda. La imagen ya no busca conmover al espectador: lo mantiene a distancia. No se trata de ocultar, sino de regular la exposición. La imagen blindada no niega la visibilidad, pero anula la penetración. Sustituye la elocuencia por la estabilidad, el dramatismo por la contención. En lugar de movilizar afectos, neutraliza impactos. Este es un punto decisivo: el Barroco español no es un Barroco del exceso, sino de la inmunidad.

Arte, ciencia y encapsulamiento del saber

Desde el cruce entre arte y ciencia, esta lógica se vuelve aún más clara. Los objetos científicos —instrumentos, diagramas, grabados, modelos— no funcionan como símbolos alegóricos. Funcionan como artefactos cognitivos. No representan el conocimiento: lo encapsulan. Un grabado científico no pide interpretación hermenéutica, sino uso. Pero ese uso está regulado, limitado, protegido. La ciencia no abre el mundo; lo vuelve operable sin riesgo. La imagen científica, como la artística, se inscribe en un régimen de inmunidad.

Lejos de ser una periferia atrasada, la España de Felipe III aparece así como un laboratorio avanzado de tecnologías visuales de contención, capaz de administrar el exceso sin recurrir a la destrucción ni a la censura explícita.

Cierre

Pensar la cultura visual española del Seiscientos desde la inmunidad permite abandonar lecturas simplistas basadas en la decadencia o el repliegue. La imagen no se empobrece: se especializa. Se convierte en una tecnología de gobierno del ver, del saber y del contacto con el mundo.

Esta hipótesis atraviesa tanto el curso Arte y Ciencia en la España Barroca como la serie De El Greco a Velázquez, y se desarrolla en profundidad en los videos publicados en el canal.

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